El sorteo del niño es uno de los más importantes sorteos extraordinarios de España y cuenta con una historia preciosa detrás de él.
A día de hoy se celebra cada 6 de enero, haciéndolo coincidir con el día de los Reyes Magos. Por eso hay algunos que esa mágica mañana se despiertan con alguna sorpresa de más, un regalo “extra”. Antes del año 2000 se celebraba el día 5. Pero tenemos que remontarnos al siglo XIX para conocer el origen de esta emblemático tipo de lotería de España.
A lo largo de las décadas, este sorteo ha pasado de ser una iniciativa local y solidaria a convertirse en un gran evento nacional con millones de décimos vendidos cada año. Sus premios, su sistema de juego y su historia han cambiado mucho desde sus orígenes, aunque siempre ha mantenido el espíritu de ilusión propio del Día de Reyes.
Según el investigador Gabriel Medina Vílchez, fue la duquesa de Santoña, María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros, la precursora de la Lotería del Niño con la Rifa Nacional de El Niño, una rifa que en el año 1877 recibió el privilegio de no pagar el por entonces 4% de impuestos que retenía el Tesoro Nacional a todas las rifas que se hacían en España.
Aunque no será hasta el año 1941 cuando comience de verdad la historia del sorteo del niño con su primera edición. Se celebró el 3 de enero de 1941, impulsado por el entonces director general de Timbre y Monopolios, que buscaba dar continuidad a la campaña de la Lotería de Navidad y aprovechar el tirón de la festividad de los Reyes Magos. En sus primeras ediciones se conocía como “Sorteo de El Niño”, en alusión al Niño Jesús y a la tradición religiosa del día 6 de enero.
En primera instancia, el sorteo contaba con cuatro series de 42.000 billetes cada una y costaba 150 pesetas cada billete. Se obtuvo una recaudación 25.230.000 pesetas y de las cuales 7.700.300 fueron al Estado. El premio más grande de la primera edición repartía medio millón de pesetas por billete, el segundo premio 300.000, el tercero 150.00, había un cuarto con 75.000 y un quinto con 50.000 pesetas por billete.
La traducción a euros sería alrededor de 3.000 por billete para el premio más grande, que si bien es verdad que parece poco, en plena postguerra no estaba nada mal.
Ya en la segunda edición del sorteo aumenta el coste por participación y en vez de haber cuatro series con 42.000 billetes cada una se pasa a 56.000 billetes por serie, pero en este caso en tres series. No sería hasta la edición de 1946 cuando se incorporan los premios de reintegro y terminación, construyendo un premio cada vez más similar al actual. Aun así, la realidad es que en sus primeras ediciones, el número de premios era reducido y las cantidades modestas en comparación con las actuales.
Hoy en día, el sorteo reparte 700 millones de euros en premios, con un primer premio de 2.000.000 € por serie (200.000 € por décimo), un segundo premio de 750.000 € y un tercero de 250.000 €, además de miles de reintegros, extracciones y aproximaciones. Esta estructura lo convierte en el segundo premio más importante del año, tan solo por detrás de la Lotería de Navidad.
Otro aspecto que ha evolucionado es el precio y por su puesto, el diseño del décimo del niño. En sus inicios era mucho más reducido, el primero no llega a lo que sería hoy en día un euro pero en la actualidad cuesta 20 euros, convirtiéndose en uno de los tres grandes Sorteos Extraordinarios de la Lotería Nacional del año junto con El Sorteo Extra de Verano y el Sorteo de Navidad.
A estos dos sorteos tan solo los separan dos semanas, uno cierra el año de extraordinarios y el otro lo abre pero ambos se celebran en la época navideña y han creado una tradición lotera conjunta. Normalmente, los décimos que tocan el reintegro en la Lotería de Navidad se cambian por otros en el Niño. Así que, sin duda. La historia del sorteo del niño no se puede entender sin la Lotería de Navidad, ya que ambas forman parte del mismo marco tradicional, cultural y económico que gira en torno a las festividades cristianas de final de año.
Lo cierto es que el sorteo del Niño se creó para mantener la atención lotera de aquellos que jugaban el 22 de diciembre y aprovechar el entusiasmo que aún perdura hasta el Día de Reyes.
¿Conocias esta historia? Este sorteo estaba aquí antes de que llegaramos la mayoría y sus antecedentes se remontan al siglo XIX, detrás de cada sorteo hay un alma que perdura y crece con el paso del tiempo.